En toda empresa siempre hay un triangulo amoroso maldito. Ningua se salva. Y el triangulo te sigue a todas partes, en toda decisión estretégica, en todo plan a futuro.
El triangulo esta formado por los tres enamorados: Operaciones, Ventas y Finanzas. Cada uno de ellos no puede existir sin el otro, pero cada uno de ellos se cree superior al otro.
Operaciones. Siempre dirá que sin ella, no habría que vender ni que servicios ofrecer, no habría calidad, no habría simplemente productos. Operaciones es la cocinera que avienta indiscriminadamente platos a la barra, para que se los lleve no se quién, para que coma alguien, en quien sabe donde.
Operaciones es responsable de hacer el producto, pero no solo de hacerlo, sino hacerlo bien, con la mejor calidad, y hacerlo lo más rápidamente posible. Pero eso no es suficiente, también tiene que hacerlo lo más eficiente posible, o dicho de otra forma, de la manera más económica posible.
Tampoco se trata de vender y no cobrar. Una venta no es efectiva hasta que el cliente te pague. No se trata de simplemente dejar tu producto, con la esperanza de que el cliente amanecerá un día y dirá "si, hoy voy a pagar esto que me dejaron hace un par de años".
Vender y hacer marketing se trata de descubrir, entender y satisfacer las necesidades del cliente. Se trata de "darle lo que quiere, cuando quiere y como lo quiere". Es llamarlo a la acción y enamorarlo.
Sin embargo ellos deben ser los mejore asesores de negocio. Deben convertirse en tu consejero de cabecera, en el experto recomendador, y en algunas ocasiones, cuando se amerte, en el controlador.
El triangulo esta formado por los tres enamorados: Operaciones, Ventas y Finanzas. Cada uno de ellos no puede existir sin el otro, pero cada uno de ellos se cree superior al otro.

Operaciones es responsable de hacer el producto, pero no solo de hacerlo, sino hacerlo bien, con la mejor calidad, y hacerlo lo más rápidamente posible. Pero eso no es suficiente, también tiene que hacerlo lo más eficiente posible, o dicho de otra forma, de la manera más económica posible.
Algunas empresas confunden el hacerlo de manera económica con usar materiales de menor calidad, o pagarle menos a la gente por el mismo trabajo que antes hacian 5 personas más. Eso no es ser eficientes. Ser eficientes es usar los materiales de la mejor calidad, pero usarlos de mejor manera, desperdiciando menos, negociando con el proveedor precios. Ser eficientes es implementar procesos, sistemas y tecnología que, en efecto, pueden traer una reducción del personal, pero no a costa de la calidad de vida de los que se quedan. Ser eficientes es ser "esbeltos", es buscar continua e implacablemente, ser mejores que antes.
Ventas. Ventas te dirá siempre que sin ella, no hay ingresos para la compañia. Sin que se venda, todo lo que produzca Operaciones no sirve de nada. Sin los clientes no somos nada.
Los clientes en efecto es lo más valioso de una empresa. Sin embargo siempre habrá clientes bueno y malos, siempre habrá a quien es deseable venderle y verderle más (el llamada upsell por ejemplo). Pero siempre habrá clientes que no paguen, que solo buscan tomar ventaja y que solo dañan la imagen del negocio. A esos clientes no hay que venderles.
Tampoco se trata de vender y no cobrar. Una venta no es efectiva hasta que el cliente te pague. No se trata de simplemente dejar tu producto, con la esperanza de que el cliente amanecerá un día y dirá "si, hoy voy a pagar esto que me dejaron hace un par de años".
Vender y hacer marketing se trata de descubrir, entender y satisfacer las necesidades del cliente. Se trata de "darle lo que quiere, cuando quiere y como lo quiere". Es llamarlo a la acción y enamorarlo.
Finanzas. Ellos son los gurús del por que debemos vender tanto, y por qué debe costar tanto el producto. Ellos actuan como los jefes de todos, diciendote cuando puedes gastar, comprar, vender, regalar, prestar, apostar, etc, etc, etc.
Efectivamente ellos tienen la visión y la misión de hacer un negocio, un negocio. Deben de buscar las utilidades, la rentabilidad y la viabilidad de la empresa. Son los que en dado momento, nos regañan y dicen que estamos haciendo mal, y también deberían felicitar cuando lo hagamos bien, aunque esto último se les olvida a veces.
Los tres se aman y se odian. Se enamoran y se desencantan.
Los tres son importantes. Los tres son vitales. Son uno para el otro, y ninguno sin el otro funciona.
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